Desperdicio alimentario: 5 estrategias para combatirlo

Desperdicio alimentario

¿Sabías que cada año se desperdicia un tercio de los alimentos producidos en el mundo? En un mundo en el que millones de familias mueren de hambre y desnutrición, se tiran toneladas de alimentos cada día. Esta alarmante cifra nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo podemos reducir el desperdicio alimentario en nuestro día a día? En esta entrada exploraremos que es el desperdicio alimentario y métodos prácticos y estrategias de conciencia social para combatir este problema global.

Importancia a nivel mundial

La importancia del desperdicio de alimentos a nivel mundial es un tema de gran relevancia, ya que abarca aspectos económicos, sociales y medioambientales. Esta incluido de manera indirecta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 2 (Hambre Cero) y el ODS 12 (Asegurar modalidades de consumo y producción sostenibles).

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2019 se desperdiciaron aproximadamente 931 millones de toneladas de alimentos, lo que representa el 17% de los alimentos producidos. Este desperdicio no solo tiene un costo económico estimado en 400.000 millones de dólares anuales, sino que también ocurre en un contexto donde 811 millones de personas padecen hambre y enfrentan inseguridad alimentaria y nutricional. Ver en profundidad: https://news.un.org/es/story/2021/09/1497582

El Banco Mundial indica que incluso antes de la pandemia de COVID-19, alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos anualmente se perdían o desperdiciaban en las etapas de cultivo, transporte, procesamiento, venta y consumo. Reducir este desperdicio tiene beneficios significativos para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, pero requiere soluciones bien orientadas y específicas para cada país y producto.

El Índice de Desperdicio de Alimentos 2021, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señala que la mayor parte del desperdicio de alimentos procede de los hogares, que desechan el 11% del total de alimentos disponibles en la fase de consumo de la cadena de suministro, seguido por los servicios de alimentación (5%) y los comercios minoristas (2%). A nivel global per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, de los cuales 74 kilogramos se producen en los hogares. Además, entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen.

Estas cifras demuestran que el problema del desperdicio de alimentos es considerable en casi todos los países, independientemente de su nivel de ingresos, y que es un desafío que necesita ser abordado de manera urgente para mejorar la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y reducir los impactos negativos en el medio ambiene

Causas del desperdicio alimentario

Las principales causas del desperdicio alimentario son diversas y pueden variar según el contexto regional, económico y cultural. Algunas de las causas más comunes incluyen:

-Sobreproducción: En muchos casos, se produce más alimentos de los que realmente se necesitan. Esto puede deberse a la planificación ineficiente, las políticas agrícolas que fomentan la sobreproducción, o el deseo de los productores de asegurar que satisfacen la demanda del mercado.

-Estándares de calidad y apariencia: Los alimentos que no cumplen con ciertos estándares de tamaño, forma o color a menudo se descartan, incluso si son perfectamente comestibles. Esto es particularmente cierto en los supermercados y entre los consumidores que esperan una cierta apariencia en los alimentos.

-Ineficiencias en la cadena de suministro: Los problemas durante el transporte, almacenamiento y manipulación de alimentos pueden llevar a una considerable pérdida y desperdicio. Esto puede incluir la falta de refrigeración adecuada, el daño durante el transporte, o la ineficiencia en la logística.

-Comportamiento del consumidor: A menudo, los consumidores compran más alimentos de los que pueden consumir antes de que estos se echen a perder. La falta de planificación, la compra impulsiva, y el mal entendimiento de las etiquetas de «mejor antes de» y «consumir antes de» contribuyen al desperdicio en el hogar.

Consecuencias del desperdicio alimentario

No poder fin a esta gran problemática supone grandes consecuencias en el planeta tanto a nivel, económico, medioambiental y de salud. Algunas de las principales consecuencias son las siguientes:

-Impacto Ambiental: El desperdicio de alimentos contribuye de manera significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el desperdicio alimentario implica un uso ineficiente de recursos naturales como agua, tierra y energía utilizados en la producción, procesamiento y transporte de alimentos que finalmente no se consumen

-Pérdida Económica: representa una pérdida económica sustancial tanto para los productores de alimentos como para los consumidores.

-Inseguridad Alimentaria: El desperdicio de alimentos pone de manifiesto la distribución desigual de los recursos alimentarios y agrava el problema del hambre en el mundo.

-Pérdida de Biodiversidad: La producción de alimentos que no se consumen contribuye a la degradación de hábitats, la deforestación y la pérdida de biodiversidad. Esto se debe a la expansión de la agricultura en áreas silvestres y al uso intensivo de productos químicos y recursos naturales.

5 Estrategias para reducir el desperdicio en el hogar

Como ya hemos visto, el desperdicio de alimentos no solo representa una pérdida económica, sino que también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Afortunadamente, hay varias estrategias efectivas que cada hogar puede implementar para minimizar este problema:

  1. Hacer una lista de la compra: Antes de ir al supermercado, es fundamental hacer una lista de compras basada en las comidas planificadas para la semana. Esto ayuda a evitar compras impulsivas o excesivas.
  2. Comprender las Fechas de Caducidad: Diferenciar entre «consumir preferentemente antes de» y «fecha de caducidad» puede evitar desechar alimentos que aún son seguros y comestibles.
  3. Organizar el Refrigerador y la Despensa: Colocar los alimentos más antiguos al frente y los nuevos atrás asegura que se utilicen primero los productos más antiguos.
  4. Servir Porciones Adecuadas: Evita servir más comida de la que se puede consumir. Si hay sobras, guárdalas para otra comida
  5. Informarse y Compartir: Aprender sobre el impacto del desperdicio de alimentos y compartir esta información con familiares y amigos puede fomentar un cambio colectivo en las prácticas de consumo. 

Estas estrategias son sencillas y prácticas y puede ser un primer paso crucial para reducir el desperdicio de alimentos. Además, estas prácticas no solo benefician al medio ambiente, sino que también pueden ayudar a ahorrar dinero y fomentar hábitos de consumo más sostenibles. Si quieres echar un vistazo a mas entradas sobre alimentación visita nuestro blog.

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